los países deben
alinear sistemas tributarios con las mejores prácticas internacionales, ya que en
exenciones para empresas se transfieren recursos de forma poco transparente.
Gustavo Cote
dice que últimas reformas tributarias han incorporado beneficios excesivos.
10 expertos
nacionales e internacionales, conformarán la Comisión de Estudio de Beneficios
Tributarios (creada a través del artículo 137 de la Ley 2010 de 2019), la cual
estudiará los beneficios tributarios vigentes en el sistema tributario
nacional, con el objetivo de:
- Evaluar su conveniencia:
- Proponer una reforma orientada
a mantener los que sean eficientes.
- Mantener los que permitan la reactivación de la economía y fomenten el empleo.
- Fomenten el emprendimiento y formalización laboral, empresarial y tributaria que se fundamenten en los principios que rigen el sistema tributario nacional.
Los expertos
internacionales elegidos son: Harry David Rosenbloom, Pascal Francois Dominique
Saint-Amans, Kent Andrew Smetters, Brian James Arnold y Jeffrey Phillip Owens.
En cuanto a los representantes nacionales,
estos son: el director de la Dian, José Andrés Romero; el viceministro Técnico
del Ministerio de Hacienda, Juan Pablo Zárate; el ministro de Comercio,
Industria y Turismo, José Manuel Restrepo; el ministro de Agricultura, Rodolfo
Enrique Zea y el ministro del Trabajo, Ángel Custodio Cabrera.
Recordemos que el artículo 137 de la Ley
2010 de 2019 establece un plazo de 18 meses, a partir de la conformación de la
comisión, para entregar los resultados del análisis, junto con una propuesta al
ministerio de Hacienda, es decir, en abril de 2022.
Cualquier medida tomada deberá estar
alineada con una buena política fiscal
Pascal Saint-Amans, quien es director del
Centro de Política y Administración Tributaria de la OCDE y uno de los
integrantes internacionales de esta comisión, afirma:
«Preferiríamos argumentar que los sistemas
tributarios deben ajustarse a los nuevos desafíos y situaciones que han
surgido».
Para él, la crisis crea una oportunidad
para que los países mejoren el diseño de su sistema tributario y lo alineen con
las mejores prácticas internacionales.
«Esto implica que cualquier medida tomada
deberá estar alineada con una buena política fiscal; las medidas que van en
contra de los principios estándar de la política fiscal deben evitarse tanto
como sea posible», explica.
HORA
DE EVALUAR LA CONVENIENCIA DE LOS BENEFICIOS TRIBUTARIOS
“exenciones para las empresas son sinónimo
de problemas, porque se transfieren recursos a sectores de una forma poco
transparente”
Leopoldo Fergusson, profesor de la Facultad
de Economía de la Universidad de los Andes señala que las exenciones para las
empresas son sinónimo de problemas, porque se transfieren recursos a sectores
de una forma poco transparente, y como nunca recibimos ese dinero, no es claro
saber cuánto es y a dónde va a parar.
“Las exenciones tributarias reducen el
recaudo y en un momento donde el Gobierno lo necesita, son un problema”, dice.
Para Daniel Bulla, gerente senior de
impuestos de BDO Colombia, los beneficios a las empresas no deberían
perpetuarse, por lo cual es loable crear la comisión para analizar la
conveniencia de cada una de estas prerrogativas.
BENEFICIOS
DEBEN REDUCIRSE A SU MÍNIMA EXPRESIÓN
Gustavo Cote, exdirector de la Dian, dice
en Actualícese que entre las mayores críticas que han tenido las dos reformas
tributarias más recientes se encuentra el hecho de incorporar beneficios
excesivos en el impuesto de renta, como los que se otorgan a las mega inversiones
y al sector hotelero.
«Vale recordar que en 2010 fueron expedidos
incentivos tributarios bajo la Ley de formalización y generación de empleo –Ley
1429 de 2010–, y para esta también se alegó que buscaba inducir el empleo,
entre otras personas, de los menores de 28 años», recuerda Cote.
El exdirector de la Dian se pregunta: ¿cuál
fue el efecto real en la generación de empleo de dicha ley? ¿En dónde están los
estudios de la Dian y del Ministerio de Hacienda sobre sus resultados?
«La percepción generalizada fue que se
prestó para que algunas sociedades, aparentemente sometidas a dichas normas,
jugaran de manera descarada con ellas para ahorrarse impuestos de renta y sin
aportar en nada a mejorar la variable que se pretendía estimular», critica.
Para él, los tratamientos preferenciales
originan espacios para la elusión y la evasión tributaria. Lo conveniente es
reducirlos a su mínima expresión.
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